“LA CRISIS DE LA UBA YA ESTA SUPERADA”
Con el objetivo de revisar la historia de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires (UBA), y a fin de acompañar los festejos celebratorios de los primeros 50 años, Pro-Salud News dialogó con el doctor Alberto Boveris, decano de la mencionada institución académica.
Sin lugar a dudas, uno de los temas excluyentes si se tiene en cuenta la coyuntura es la reciente crisis institucional. Sobre este tema, el doctor Boveris indicó: “La crisis de la UBA está superada, al menos hasta completar el período. Ahora nos encontramos atravesando una etapa de estabilidad, con un rector elegido, un vicerrector elegido y los estatutos en marcha. No obstante, que la situación política esté estabilizada, no implica que la crisis presupuestaria, la académica y la institucional estén resueltas. Pero, una vez solucionado el tema político, es el momento de encarar la revisión, por ejemplo, del presupuesto y los planes académicos”.
Para eso, y en lo que a la Facultad de Farmacia y Bioquímica concierne, nada mejor que el presente pues en mayo de este año se cumplirán 50 años desde su creación, como consecuencia de la separación de la por entonces Escuela de Farmacia y Bioquímica del ámbito de la Facultad de Ciencias Médicas.
En 1957, y siguiendo el camino iniciado por la Escuela de Odontología en 1949, la Facultad de Farmacia y Bioquímica comenzó su camino como entidad independiente de la mano de un decreto del Teniente General Pedro Aramburu. En medio de un clima enrarecido, con un país inmerso en medio de la llamada Revolución Libertadora, comenzó a gestarse la separación.
“Los militares de turno decidieron resolver la huelga y toma del edificio cortando por lo sano. Para eso, se nombró decano provisorio a Manuel Domínguez quién por ese entonces estaba encargado del laboratorio bioquímico del Hospital Naval. En ese momento comenzaron a ordenarse un poco las cosas, se retomaron las clases y en unos seis meses aproximadamente se desarrolló un proceso electoral a raíz del cual fue elegido el doctor Zenón Lugones como decano estatutario, y ‘con todas las de la ley’”, recordó Boveris.
Luego de una primera instancia fundacional que, por inspiración del Dr. Lugones, consistió en convertir la Facultad de Farmacia y Bioquímica en una institución científica, y habiendo atravesado la crisis política del año 2001 y 2002, que repercutió en el seno de la UBA en 2006; la Facultad se propone ingresar en una segunda etapa, llamada de redefinición, en la cual el objetivo principal, de acuerdo con el señor decano es “transformar la Facultad de Farmacia y Bioquímica en una institución científica de referencia para los gobiernos nacional y de la ciudad, pero también para la industria farmacéutica y bioquímica privada en los temas pertinentes a nuestras actividades”.
“La institución pensada por el doctor Lugones era cerrada, pero nosotros ahora queremos expandirnos. Para eso decidimos abrirnos a la sociedad colaborando en las políticas de salud que consisten en la ejecución de programas que se dirigen a la gente, a la población. Para poder ser referentes en salud debemos participar de los procesos productivos que alimentan con insumos el sistema de salud que está sustentado, entre otras cosas por los medicamentos. De esta manera, nos constituimos, al mismo tiempo como asesores de los que hacen las políticas de salud a través de nuestras opiniones técnicas, pero también participamos del proceso con aquellos que generan los insumos”, especificó el doctor Boveris.
En este sentido, en los últimos tres años, la Facultad de Farmacia y Bioquímica, ha vendido servicios por seis, siete y nueve millones de pesos. En este marco, se realizaron 12.500 estudios y trabajos a total satisfacción del cliente y sin que exista ningún reclamo o manifestación de disconformidad.
“El sistema de salud quiere una garantía de calidad de que lo que se le está dando a la gente es bueno, pero el ministerio no tiene laboratorios preparados para eso y por eso acepta lo dicho por la Facultad cuyos profesionales cuentan con un aval casi insuperable”, destacó Boveris.
Como una consecuencia natural de la vinculación de la Facultad con la sociedad, pero también con otras instituciones, se está desarrollando el proyecto Polo Tecnológico Nacional del cual formarán parte la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, el CONICET y el Instituto Malbrán.
Además del desarrollo tecnológico, en ese predio que se está construyendo en Villa Lugano sobre un terreno cedido por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA), la facultad planea instalar un edificio destinado a continuar con las actividades de posgrado, un área de mucho desarrollo dentro de la institución, con el objetivo principal de brindar comodidad a los gerentes y directores técnicos de los laboratorios.
El 29 de mayo se realizó el acto central del cincuentenario, del cual participaron los rectores y decanos de las demás facultades, pero además, se prepararon una serie de actos académicos de interés para bioquímicos y farmacéuticos en general.
“Otra de las cosas más importantes fue la presentación en sociedad, a través de una conferencia de prensa, de las 20 patentes propias que posee la facultad. Dado que las dos personas jurídicas sobre las cuales es posible sacar patentes son el CONICET y la Universidad, esos son los referentes legales, pero las 20 corresponden a profesores de la Facultad. En ese sentido, cabe señalar que además de que todas presentan la altura inventiva necesaria, muchas de ellas están patentadas en el exterior a través de convenios”, concluyó el doctor Boveris.
Para mayor información:
- Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires: http://www.ffyb.uba.ar
Sin lugar a dudas, uno de los temas excluyentes si se tiene en cuenta la coyuntura es la reciente crisis institucional. Sobre este tema, el doctor Boveris indicó: “La crisis de la UBA está superada, al menos hasta completar el período. Ahora nos encontramos atravesando una etapa de estabilidad, con un rector elegido, un vicerrector elegido y los estatutos en marcha. No obstante, que la situación política esté estabilizada, no implica que la crisis presupuestaria, la académica y la institucional estén resueltas. Pero, una vez solucionado el tema político, es el momento de encarar la revisión, por ejemplo, del presupuesto y los planes académicos”.
Para eso, y en lo que a la Facultad de Farmacia y Bioquímica concierne, nada mejor que el presente pues en mayo de este año se cumplirán 50 años desde su creación, como consecuencia de la separación de la por entonces Escuela de Farmacia y Bioquímica del ámbito de la Facultad de Ciencias Médicas.
En 1957, y siguiendo el camino iniciado por la Escuela de Odontología en 1949, la Facultad de Farmacia y Bioquímica comenzó su camino como entidad independiente de la mano de un decreto del Teniente General Pedro Aramburu. En medio de un clima enrarecido, con un país inmerso en medio de la llamada Revolución Libertadora, comenzó a gestarse la separación.
“Los militares de turno decidieron resolver la huelga y toma del edificio cortando por lo sano. Para eso, se nombró decano provisorio a Manuel Domínguez quién por ese entonces estaba encargado del laboratorio bioquímico del Hospital Naval. En ese momento comenzaron a ordenarse un poco las cosas, se retomaron las clases y en unos seis meses aproximadamente se desarrolló un proceso electoral a raíz del cual fue elegido el doctor Zenón Lugones como decano estatutario, y ‘con todas las de la ley’”, recordó Boveris.
Luego de una primera instancia fundacional que, por inspiración del Dr. Lugones, consistió en convertir la Facultad de Farmacia y Bioquímica en una institución científica, y habiendo atravesado la crisis política del año 2001 y 2002, que repercutió en el seno de la UBA en 2006; la Facultad se propone ingresar en una segunda etapa, llamada de redefinición, en la cual el objetivo principal, de acuerdo con el señor decano es “transformar la Facultad de Farmacia y Bioquímica en una institución científica de referencia para los gobiernos nacional y de la ciudad, pero también para la industria farmacéutica y bioquímica privada en los temas pertinentes a nuestras actividades”.
“La institución pensada por el doctor Lugones era cerrada, pero nosotros ahora queremos expandirnos. Para eso decidimos abrirnos a la sociedad colaborando en las políticas de salud que consisten en la ejecución de programas que se dirigen a la gente, a la población. Para poder ser referentes en salud debemos participar de los procesos productivos que alimentan con insumos el sistema de salud que está sustentado, entre otras cosas por los medicamentos. De esta manera, nos constituimos, al mismo tiempo como asesores de los que hacen las políticas de salud a través de nuestras opiniones técnicas, pero también participamos del proceso con aquellos que generan los insumos”, especificó el doctor Boveris.
En este sentido, en los últimos tres años, la Facultad de Farmacia y Bioquímica, ha vendido servicios por seis, siete y nueve millones de pesos. En este marco, se realizaron 12.500 estudios y trabajos a total satisfacción del cliente y sin que exista ningún reclamo o manifestación de disconformidad.
“El sistema de salud quiere una garantía de calidad de que lo que se le está dando a la gente es bueno, pero el ministerio no tiene laboratorios preparados para eso y por eso acepta lo dicho por la Facultad cuyos profesionales cuentan con un aval casi insuperable”, destacó Boveris.
Como una consecuencia natural de la vinculación de la Facultad con la sociedad, pero también con otras instituciones, se está desarrollando el proyecto Polo Tecnológico Nacional del cual formarán parte la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, el CONICET y el Instituto Malbrán.
Además del desarrollo tecnológico, en ese predio que se está construyendo en Villa Lugano sobre un terreno cedido por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA), la facultad planea instalar un edificio destinado a continuar con las actividades de posgrado, un área de mucho desarrollo dentro de la institución, con el objetivo principal de brindar comodidad a los gerentes y directores técnicos de los laboratorios.
El 29 de mayo se realizó el acto central del cincuentenario, del cual participaron los rectores y decanos de las demás facultades, pero además, se prepararon una serie de actos académicos de interés para bioquímicos y farmacéuticos en general.
“Otra de las cosas más importantes fue la presentación en sociedad, a través de una conferencia de prensa, de las 20 patentes propias que posee la facultad. Dado que las dos personas jurídicas sobre las cuales es posible sacar patentes son el CONICET y la Universidad, esos son los referentes legales, pero las 20 corresponden a profesores de la Facultad. En ese sentido, cabe señalar que además de que todas presentan la altura inventiva necesaria, muchas de ellas están patentadas en el exterior a través de convenios”, concluyó el doctor Boveris.
Para mayor información:
- Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires: http://www.ffyb.uba.ar